Hacia el alba, las nubes se levantaban del monte Ararat formando un inmenso embudo. Es hacia esa hora temprana, bajo cielos muy claros, cuando todo visitante a lo largo de los siglos cree ver la forma de un arca en lo alto de la montaña, un fenómeno que se viene produciendo cada vez con mas frecuencia desde que unos pilotos dijeron haber visto la forma de un arca sobresaliendo de la nieve en las concavidades de las cumbre.
Vistas laterales del Arca enterrada mostrando una elevación abrupta de la formación desde el suelo, elevación que tal vez haya aumentado (o quizás el suelo haya descendido) desde que se descubrió el objeto.
Las lineas descubiertas mediante el empleo del radar con superficie de contacto determinan, presuntamente, la posición de secciones, alojamientos y recintos para animales en el Arca. Las cintas van de Este a Oeste y de Norte a Sur.
Una formación pétrea insólita que podría formar parte del Arca y que tal vez se hubiese separado del cuerpo durante su deslizamiento desde un nivel superior hasta la posición actual. Según la teoría de Fasold, las lineas estratificadas del objeto indican que el Arca fue una enorme estructura de cañizo sobre la que se vertió una especie de cemento para consolidar e impermeabilizar la gran nave. Se argumenta que ese cemento es una traducción errónea de la madera resinosa mencionada en la Biblia, y debiera ser la mezcla de cemento bituminoso expresada en el antiguo lenguaje acadio mediante las consonantes K-F-R.
Vista a corta distancia de una de las anclas mostrando el orificio por donde se pasaba un cable para sujetarla. Otras arcas similares han sido halladas bajo el agua o en las payas del Mediterraneo, en el litoral atlantico de España, Francia e Irlanda y frentge a la costa de California.
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