Este tema ha tomado mas relevancia cuando los habitantes del pequeño pueblo británico de Woodland, ubicado en el condado de Durham, sufren desde hace dos meses un molesto sonido que no les permite descansar. Se trata de un extraño ‘zumbido’ que persigue cada noche a los habitantes este pedanía británica. Desde abril conviven al son de un sonido parecido al ruido del motor de un coche en la lejanía.
El misterioso rugido aparece cada medianoche y se alarga hasta cerca de las cuatro de la mañana. En la zona no hay torres metálicas, ni fábricas, ni viejas minas que puedan facilitar descifrar el enigma. El origen es desconocido, por lo que los vecinos continúan angustiados. Patrullas vecinales se han empleado a fondo para averiguar el origen del sonido, pero todos los esfuerzos han sido en vano. Según relata el rotativo The Daily Telegraph, el pueblo ha solicitado ayuda a las autoridades.
Según confiesan los vecinos al diario británico, "en ciertas zonas de la casa se puede escuchar más fuerte. Viene, definitivamente, de fuera, está en el aire, por todas partes, como un ruido de fondo que vibra a través de los muros de la casa". Sin embargo, según ha podido saber la cadena BBC, los residentes en Woodland no son los únicos alarmados por este insólito suceso. Numerosas localidades estadounidenses y del norte de Europa, entre otras, llevan denunciando desde hace décadas sonidos similares.
El caso más notorio fue el de la población neomexicana de Taos, a mediados de los noventa. Después de diversas llamadas vecinales alertando de una rara acústica semejante a la que haría un lejano motor diesel en marcha, numerosos investigadores decidieron desplazarse hasta Nuevo México para averiguar la procedencia del ‘zumbido’. Desgraciadamente, nadie fue capaz de descifrar su origen.
La ciencia todavía no ha dado con la explicación de estos fenómenos. En 2005 se afirmó que en Taos se había producido una misteriosa patología colectiva que afecta a un músculo que endurece el tímpano. Otras investigaciones concluyen que se trata de ruidos de tipo geológico, originados por los movimientos tectónicos o por los desplazamientos del magma que existe bajo la fina corteza terrestre.
Diversas teorías han circulado, pero ninguna ha sido probada. Sin embargo, en 1998 la ciencia dio a conocer una posible causa, pero algo improbable. Demostró que, a pesar de que no tengamos la capacidad de oírlo, la tierra emite de forma constante un ligero zumbido de baja frecuencia. En 2009 se concluyó que ese sonido de fondo terrestre era causado por la colisión de grandes olas oceánicas contra los fondos marinos.
Según pudo saber Geophysical Research Letters, esto se produce principalmente en las costas norteamericanas que se asoman al Océano Pacífico. Cuando dos olas con direcciones opuestas y frecuencias parecidas colisionan, crean una onda de presión capaz de transportar su energía hasta el fondo marino. Esto provoca una vibración constante con una frecuencia de unos 10 milihercios demasiado grave para ser escuchada por el oído humano pero posiblemente detectable por un sismómetro.
Woodland, al igual que el resto de localidades testigos de esta rareza acústica, siguen con la incertidumbre en el estómago. Parece ser que el enigma de los ‘zumbidos’ perdurará misteriosamente en el tiempo.
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